ANÁLISIS COMPLEJO
ANÁLISIS COMPLEJO
Conceptos básicos
1.1. El cuerpo de números complejos
Definimos sobre el R -espacio vectorial R
2 un producto, de forma que para cada
par (x, y), (x
0
, y
0
) de vectores en R
2
,
(x, y)(x
0
, y
0
) = (xx0 − y y0
,x y0 + x
0
y) (I.1)
La función x ∈ R −→ (x, 0) ∈ R
2
identifica a R con un subespacio de R
2
, y escribiremos
x al vector (x, 0) ∈ R
2
en lo que sigue. En particular 1 = (1, 0) es la unidad para
la multiplicación (I.1). Si definimos i = (0, 1) resulta que i
2 = −1, y que todo vector
en R
2
se escribe de forma única como x +i y con x, y ∈ R.
Proposición 1.1. Con la suma usual y el producto (I.1), el R-espacio vectorial R
2
es
un cuerpo.
Notamos por C al cuerpo (R
2
,+,·, 1) y lo llamamos el cuerpo de los números
complejos. Un elemento de C se llama un número complejo, que solemos notar
genéricamente por z.
Demostración. Por su definición, está claro que el producto que definimos en C
es R-bilineal, es además conmutativo porque el producto en R lo es, es una verificación
di
I 1. CONCEPTOS BÁSICOS 3
notamos z. Parte de la demostración anterior afirma entonces que si z 6= 0,
z
−1 =
z
|z|
2
es el inverso multiplicativo de z. Decimos que x es la parte real de z y escribimos
ℜz = x, y decimos que y es la parte imaginaria de z y escribimos ℑz = y. El Respacio
vectorial R
2
está munido de un producto interno usual que se transporta
a C. Dado otro número complejo w = x
0 +i y0
, una verificación inmediata prueba
que 〈z,w〉 = ℜ(zw).
El conjunto C es un espacio métrico completo con la métrica entre vectores
z,w ∈ C dada por
d(z,w) = |z −w|,
que llamamos la métrica usual. Además, vale que el producto C×C −→ C es una
función continua, pues para cada z,w ∈C vale que |zw| = |z||w|. Por otro lado, la
conjugación C −→ C es un homomorfismo de cuerpos, pues 1¯ = 1 y 0¯ = 0 y, dados
z,w ∈ C, vale que
z w = zw y z +w = z +w,
que además fija puntualmente a R. El lector debería verificar la validez de las siguiente
propiedades para z,w ∈ C; la primera de ellas extiende nuestra última
afirmación.
(1) z = z¯ ⇐⇒ z ∈ R.
(2) ℜz =
1
2
(z + z¯)
(3) ℑz =
1
2i
(z − z¯)
(4) z = z
(5) 〈z,w〉 = 〈z,w〉
(6) 〈z,w〉
2 + 〈i z,w〉
2 = |z|
2
|w|
2
(7) |〈z,w〉| É |z||w|
(8) |z +w|
2 = |z|
2 +2〈z,w〉 +|w|
2
1.2. Funciones con valores complejos
Sea X un espacio métrico. Notamos por C (X) al conjunto de funciones continuas
f : X −→ C, y lo llamamos el espacio de funciones continuas sobre X. Un
4 ANÁLISIS COMPLEJO I
elemento de C (X) es una función compleja sobre X; cuando X este implícito por
contexto, habl
I 2. EL PLANO COMPLEJO EXTENDIDO 5
unidad S
2
en R
3
y definimos la proyección estereográfica desde N como la función
π : S
2 à N −→ C
(x, y,u) 7−→
x +i y
1−u
Proposición 2.1. La proyección estereográfica desde N es un homeomorfismo y su
inversa está dada por
θ : C −→ S
2 à N
z 7−→ µ
2ℜz
1+|z|
2
,
2ℑz
1+|z|
2
,
|z|
2 −1
|z|
2 +1
¶
.
Notemos que para v ∈ S
2 à N el punto π(v) no es otra cosa que la intersección
de la recta que pasa por v y N con C.
Demostración. Por construcción tanto π como θ son funciones continuas, donde
S
2
está munida de la métrica usual entre puntos de R
3
y C con la métrica usal
entre puntos de R
2
. Dejamos al lector la verificación de que son inversas una de la
otra. Î
La proposición anterior le da a C una nueva métrica db, conocida como la métrica
cordal, inducida por la métrica de S
2
tal que
db(z,w) =
2|z −w|
((1+|z|
2
)(1+|w|
2
))1/2 ,
y prueba que los abiertos de esta métrica coinciden con los abiertos de la métrica
usual.
2.2. El punto en el infinito
Escribimos ∞ a un elemento fuera de C, que llamamos el punto en el infinito, y
notamos por C
∗
al conjunto C∪{∞}. Extendemos la definición de las funciones π
y θ de forma que
π(0, 0, 1) = ∞ y θ(∞) = (0, 0, 1).
6 ANÁLISIS COMPLEJO I
Definimos una base de entornos abiertos de ∞ en C
∗ por el conjunto de anillos
infinitos
A(r ) = {z ∈ C : |z| > r }∪{∞}
para r > 0 de modo que una sucesión (zn) ∈ C
∗
tiende a ∞ si y solamente si, para
todo r > 0 está eventualmente en A(r ). Notemos que, con esta extensión de π y θ,
obtenemos para z ∈ C que
db(z,∞) =
2
(1+|z|
2
)
1/2
por lo que según nuestra definición anterior, (zn) ∈ C converge a ∞ si y solamente
si db(zn,∞) → 0. Notemos, además, que si (vn) es una sucesión en S
2 que converge
a (0, 0, 1), su imagen en C
∗
converge a ∞. Recíprocamente, si (zn) es una sucesión
en C
∗ que converge a ∞, su imagen en S
2
converge a N. Está clara ahora la validez
de la siguiente proposición.
Proposición 2.2. Las funciones extendidas
π : S
2 −→ C
∗
, θ : C
∗ −→ S
2
son homeomorfismos inversos.
Esto prueba que C
∗
es un espacio métrico compacto, en particular completo,
y que contiene a C como un subespacio abierto denso. Recordemos que en este
caso el espacio métrico C
∗
se llama la compactificación por un punto de C o
compactifiación de Alexandroff de C, y la propiedad anterior lo caracteriza unívocamente.
Es usual llamar al espacio métrico C
∗
la esfera de Riemann.
Proposición 2.3. La proyección estereográfica desde N lleva círculos en la esfera a
círculos o líneas en el plano complejo, y recíprocamente.
Demostración. Consideremos primero un círculo en la esfera, que se obtiene intersecándola
con un plano Π de ecuación
Ax +B y +Cu = D.
I 3. DERIVADAS COMPLEJAS 7
Usando ahora coordenadas z = x +i y en C con θ, obtenemos la ecuación
(C −D)(x
2 + y
2
)+2Ax +2B y +D −C = 0,
que es una recta si C = D y es un círculo en otro caso. Recíprocamente, volviendo
sobre nuestros pasos obtenemos que toda línea o círculo en el plano complejo es
la imagen de un círculo en la esfera. Además, el plano Π pasa por N si y solamente
si C = D, que prueba que las rectan se obtienen de los círculos que pasan por el
polo norte, y que los círculos se obtienen de los restantes. Î
Ejercicio 2.1. Dado un plano arbitrario como el de la demostración, ¿cuáles son
condiciones necesarias y suficientes sobre A,B,C y D para asegurarse que su intersección
con la esfera es un círculo?
La función continua C
∗ −→ C
∗
tal que z 7−→ z
−1
si z 6= 0,∞ y tal que 0 7−→ ∞ e
∞ 7−→ 0 nos permitirá transportar definiciones usuales en C a definiciones en un
entorno de ∞, como veremos más adelante.
Extendemos parcialmente las operaciones de C a C
∗ de forma que z + ∞ =
z −∞ = ∞ para todo complejo z ∈ C. Definimos también para z 6= 0, z ·∞ = ∞,
∞ ·∞ = ∞. Finalemente, ponemos z/∞ = 0, ∞/z = ∞, y z/0 = ∞, en este último
caso asumimos que z 6= 0.
3. Derivadas complejas
3.1. Definición y propidades elementales
Fijemos un conjunto abierto Ω de C, una función f : Ω −→ C y un punto c ∈ Ω.
Decimos que f es derivable en c si existe una función f1 : Ω −→ C, continua en c,
tal que
f (z) = f (c)+ f1(z)(z −c).
8 ANÁLISIS COMPLEJO I
En tal caso notamos f
0
(c) al número f1(c) y lo llamamos la derivada de f en c.
Esta condición equivale a que exista el límite
l´ım
h→0
f (c +h)− f (c)
h
(I.2)
que en tal caso es igual a f1(c). De la definición deducimos que si f es derivable
en c, es continua allí.
Todas las reglas usuales de cálculo para derivadas reales valen para las derivadas
de funciones complejas, y la demostración de su validez es idéntica a la que
damos en el caso real, por lo que la que la omitimos.
Proposición 3.1. Sea g : Ω −→ C otra función, y supongamos que f y g son ambas
derivables en c ∈ Ω.
(1) C-linealidad. Si λ ∈ C entonces f +λg es derivable en c y
(f +λg )
0
(c) = f
0
(c)+λg
0
(c).
(2) Regla de Leibniz. El producto f g es derivable en c y
(f g )
0
(c) = f
0
(c)g (c)+ f (c)g
0
(c).
(3) Cocientes. Si g (c) 6= 0, el cociente f /g es derivable en c y
(f /g )
0
(c) =
f
0
(c)g (c)− f (c)g
0
(c)
g (c)
2
.
(4) Regla de la cadena. Si h : Ω1 −→ Ω es derivable en c1 y h(c1) = c, entonces g ◦h
es derivable en c, y
(g ◦h)
0
(c) = g
0
(c)·h
0
(c1).
Como ejercicio, el lector puede verificar que todo polinomio complejo es derivable
en cualquier punto de C, y que su derivada compleja se calcula de la misma
manera que en el caso real. Así, por ejemplo, la derivada de z
2
es 2z.
I 3. DERIVADAS COMPLEJAS 9
Decimos que f es holomorfa en c si es derivable en un entorno abierto de c, y
que es holomorfa en Ω si es holomorfa en cada punto de Ω. Por definición resulta
que el conjunto de puntos de Ω donde f es holomorfa es un conjunto abierto.
Una función holomorfa en C se dice entera.
3.2. Relación con la derivabilidad real
Dado que f es una función de un abierto de R
2
a R
2
, tiene sentido considerar
la derivabilidad real de f tanto como su derivabilidad como fue definida en la
sección anterior. Escribimos, como antes, u = ℜf y v = ℑf .
Recordemos que f es R-diferenciable en c si existe una transformación lineal
T : R
2 −→ R
2
, que llamamos la derivada total de f en c y notamos D f (c), tal que
l´ım
h→0
|f (c +h)− f (c)−D f (c)(h)|
|h|
= 0.
Recordemos, también, que si esto vale tanto u como v admiten derivadas parciales
en c, y que la matriz de D f (c) en la base canónica de R
2
está dada por
Df
(c) =
∂u
∂x
(c)
∂u
∂y
(c)
∂v
∂x
(c)
∂v
∂y
(c)
.
La relación entre la derivabilidad y la R-diferenciabilidad de f es el contenido de
la siguiente proposición.
Proposición 3.2. Son equivalentes
(1) f es derivable en c,
(2) f es R-diferenciable en c y vale que
∂u
∂x
(c) =
∂v
∂y
(c) y
∂u
∂y
(c) = −
∂v
∂x
(c), (I.3)
(3) f es R-diferenciable en c y la derivada total de f en c es C-lineal.
En tal caso, f 0
(c) =
∂u
∂x
(c)+i
∂v
∂x
(c) =
∂v
∂y
(c)−i
∂u
∂y
(c).
10 ANÁLISIS COMPLEJO I
Llamamos al par de ecuaciones (I.3) las ecuaciones de Cauchy–Riemann para
f en c.
Demostración. Supongamos que vale (1). En primer lugar, la función f es R-diferenciable
en c: en efecto, la multiplicación por el escalar f
0
(c) es una transformación Clineal
y luego R-lineal, y si la notamos T : C −→ C, sabemos que
l´ım
h→0
f (c +h)− f (c)−T (h)
h
= 0.
En el límite (I.2) podemos considerar el caso en que h se aproxima a cero por la
recta real o por la recta imaginaria. Si c = a + bi, en el primero de los casos, tal
límite es igual a
l´ım
t→0
u(a + t,b)−u(a,b)
t
+i
v(a + t,b)− v(a,b)
t
y en el segundo es igual a
l´ım
t→0
u(a,b + t)−u(a,b)
i t
+
v(a,b + t)− v(a,b)
t
.
Esto prueba, primero, que existen las derivadas parciales que aparecen en (I.3)
y segundo, que tales ecuaciones valen, por lo que (1) =⇒ (2). Supongamos que
tales ecuaciones valen y que f es R-diferenciable en c. La transformación lineal
D f (c) es tal que
D f (c)(1) =
∂u
∂x
(c)+i
∂u
∂y
(c), D f (c)(i) =
∂v
∂x
(c)+i
∂v
∂y
(c),
y es C-lineal si y solamente si iD f (c)(1) = D f (c)(i), que no es otra cosa que una reescritura
de las ecuaciones (I.3). En este caso, D f (c) es la transformación C-lineal
dada por la multiplicación por λ = D f (c)(1), y la condición de R-derivabilidad
dice que
l´ım
h→0
|f (c +h)− f (c)−λh|
|h|
= 0 esto es, que l´ım
h→0
f (c +h)− f (c)
h
= λ.
I 3. DERIVADAS COMPLEJAS 11
Concluímos que f es derivable en c y que f
0
(c) = D f (c)(1), que, junto con las
ecuaciones de Cauchy-Riemann, dan la última afirmación de la proposición. Î
Una transformación lineal T : C −→ C se C-antilineal si la transformación lineal
z 7−→ T (z¯) es C-lineal. El siguiente lema nos permitirá dar una escritura general
y conveniente de la derivada total de f en c en términos de sus derivadas
parciales, y también obtener una reescritura muy compacta de las ecuaciones de
Cauchy–Riemann.
Lema 3.3. Sea T : C −→ C una transformación R-lineal. Existen únicos escalares
λ,µ ∈ C tal que
T (z) = µz +λz.
Además, T es C-lineal si y solamente si λ = 0, y es C-antilineal si y solamente si
µ = 0. En el primer caso T es la multiplicación por T (1), y en el segundo caso T es
la conjugación seguido de la multiplicación por T (1).
Demostración. Dado z = x +i y, la R-linealidad de T garantiza que
T (z) = xT (1)+ yT (i)
=
z + z¯
2
T (1)+
z − z¯
2i
T (i)
=
1
2
(T (1)−iT (i))z +
1
2
(T (1)+iT (i))z¯
= µz +λz¯.
Esto prueba la existencia y la unicidad de tales escalares, pues se obtienen de los
valores T (1) y T (i), que determinan y están determinados unívocamente por T .
Además µ = 0 si y sólo si −iT (1) = T (i), y en este caso λ = T (1), y λ = 0 si y sólo si
iT (1) = T (i), y en este caso µ = T (1), que da la segunda parte del lema. Î
Definimos la derivada de f respecto de x en c y la derivada de f respecto de y
en c por
∂f
∂x
(c) =
∂u
∂x
(c)+i
∂v
∂x
(c) y
∂f
∂y
(c) =
∂u
∂y
(c)+i
∂v
∂y
(c),
12 ANÁLISIS COMPLEJO I
respectivamente. Notemos que no son otra cosa que D f (c)(1) y D f (c)(i), así aplicando
el lema a la función lineal D f (c), obtenemos que para todo z ∈ C vale la
igualdad
D f (c)(z) =
∂f
∂z
(c)z +
∂f
∂z
(c)
I 3. DERIVADAS COMPLEJAS 13
Diremos que T preserva la orientación si la matriz de T en la base canónica tiene
determinante positivo, y que T invierte la orientación si esta matriz tiene determinante
negativo.
Lema 3.5. Una transformación lineal inyectiva preserva ángulos si y solamente si
es C lineal o C-antilineal, y en el primero de los casos preserva la orientación, mientras
que en el segundo la invierte.
Demostración. Sea T : C −→ C inyectiva, y supongamos primero que preserva ángulos.
Como 1 e i son ortogonales, los números T (1) = x + i y, T (i) = x
0 + i y0
son
también ortogonales, y lo mismo es cierto para T (1−i) y T (1+i). La primera condición
implica que T (1) es un múltiplo escalar de iT (i) = −y
0+i x0
, y de la segunda
obtenemos que x
2 + y
2 = x
02 + y
02
, asi T (1) y T (i) tienen la misma norma. Resulta
entonces que T (1) = iT (i) o que T (1) = −iT (i): en el primer caso T es C-antilineal,
y en el segundo es C-lineal. Notemos, además, que en el primer caso el determinante
de T es −|T (1)|
2
, y en el segundo caso es |T (1)|
2
.
Si, por otro lado, T es C-lineal o C-antilineal, sabemos que z 7−→ T (z) o z 7−→
T (z¯) es la multiplicación por T (1) ∈C. Es inmediato verificar ahora que T preserva
ángulos y, nuevamente, que su determinante es |T (1)|
2
en el primer caso, en el que
preserva la orientación, y en el segundo caso es −|T (1)|
2
, en el que la invierte. Î
Una transformación lineal T : C −→ C que preserva los ángulos y la orientación
se llama una transformación lineal conforme. Decimos que f es conforme en c
si su derivada total en c es una transformación lineal conforme.
Proposición 3.6. La función f es conforme en c si y solamente si es derivable en c
y f 0
(c) 6= 0.
Demostración. Si f es conforme en c, entonces D f (c) es C-lineal, por lo que f es
derivable en c. Como D f (c) es inyectiva, es un isomorfismo, y su determinante,
que es |f
0
(c)|
2
, es no nulo. Si, por otro lado, f es derivable en c y f
0
(c) 6= 0, deducimos
que D f (c), que es C-lineal, es un isomorfismo. Luego es inyectiva, y ya vimos
que preserva ángulos. Î
14 ANÁLISIS COMPLEJO I
Si γ1,γ2 : (−ε,ε) −→ Ω son curvas diferenciables que se intersecan en c, definimos
el ángulo entre γ1 y γ2 en c como el ángulo entre γ
0
1
(c) y γ
0
2
(c). Notemos por
f∗γ1 y f∗γ2 a las curvas obtenidas al postcomponer a γ1 y γ2 con f . El resultado
anterior y la regla de la cadena prueban el siguiente resultado.
Corolario 3.7. Si f es conforme en c, el ángulo entre γ1 y γ2 y el ángulo entre f∗γ1
y f∗γ2 en c coinciden.
4. Funciones en C
∗
4.1. Funciones continuas en el infinito
Consideramos ahora el espacio de funciones continuas C (C
∗
). Dado que C es un
subconjunto abierto y denso de C
∗
, tenemos una función de restricción
r : C (C
∗
) −→ C (C)
que es inyectiva. Veamos cual es su imagen.
Proposición 4.1. Una función continua f : C −→ C es la restricción de una función
continua en C
∗
si y solamente si existe y es finito L = l´ımz→∞ f (z). En tal caso, la
extensión F de f a C
∗
es tal que
F(z) =
f (z) si z ∈ C,
L si z = ∞.
Demostración. Supongamos que f es la restricción de una función definida en
todo C
∗
. Como F(∞) ∈ C y como F es continua en ∞, resulta que l´ımz→∞ f (z) =
F(∞), que prueba que L existe y es igual a F(∞).
Recíprocamente, si existe tal límite, la definición de F que hicimos en el enunciado
del teorema pone en evidencia que F es continua en ∞. Como f es continua
en C, esta extensión es continua en todo C
∗
, como queríamos. Î
Dada una función f : Ω −→ C donde Ω contiene un entorno perforado de ∞ en
I 4. FUNCIONES EN C
∗ 15
C, será usual más adelante que usemos la notación f (∞) para l´ımz→∞ f (z), siempre
que este límite exista (posiblemente en C
∗
). El lector debería poder probar
las siguientes proposiciones, cuyas demostraciones son similares a la de la última
proposición.
Proposición 4.2. Sea Ω un abierto de C, c ∈ Ω y f : Ωàc −→ C continua. Si l´ımz→c f (z) =
∞, existe una única extensión de f a una función continua F : Ω −→ C
∗
tal que
F(c) = ∞.
Proposición 4.3. Sea Ω∗ un abierto en C
∗ que contiene a ∞ y sea Ω el abierto de C
correspondiente. La función de restricción
r : C (Ω
∗
) −→ C (Ω)
es inyectiva, y su imagen consiste de las funciónes f en C (Ω) para las que existe y
es finito l´ımz→∞ f (z).
4.2. El cuerpo de funciones racionales en C
∗
El espacio de funciones continuas C −→ C
∗ no se presta a una descripción simple
como el caso del espacio C (C
∗
). Contiene, sin embargo, un subespacio de funciones
que será suficientemente útil para nuestros fines. Veremos más adelante
resultados teóricos que harán más concreta esta afirmación.
Una función racional es un cociente f (X) = p(X)/q(X) de polinomios p,q ∈
C[X], donde q es no nulo y (p,q) = 1. Toda función racional f define una función
continua Cà Z −→ C, que tambien notamos por f , donde Z es el conjunto de raíces
de q. Aunque lo demostraremos más adelante, asumimos conocido el hecho
que, si q tiene grado d, existen λ,ξ1,...,ξs ∈ C con s É d y naturales m1,...,ms tal
que Ps
i=1mi = d de forma que q(X) = λ(X −ξ1)
m1
... (X −ξs)
ms
. Así Z = {ξ1,...,ξs}
y la función f está definida salvo en finitos puntos de C. Sea µ el coeficiente principal
de p.
Proposición 4.4. Existe una única extensión de f a una función continua F : C
∗ −→
16 ANÁLISIS COMPLEJO I
C
∗
tal que F(w) = ∞ para w ∈ Z y tal que
F(∞) =
0 si degp < degq
µλ−1
si degp = degq
∞ si degp > degq
Llamamos al conjunto de todas las funciones C
∗ −→ C
∗ obtenidas de esta manera
el cuerpo de las funciones racionales y lo notamos C(z).
Demostración. Veamos primero que l´ımz→s
f (z) = ∞ para cada raíz ξ de q. Dado
s ∈ Z podemos escribir a f como (z−ξ)
−mh(z) donde h(z) es una función racional
que no se anula en s y m > 0 es un número natural. Como h tiene límite finito
cuando z → s, es suficiente que probemos que l´ımz→ξ(z−ξ)
−m = ∞ cuando z → ξ,
y esto es inmediato. Es igualmente de inmediato verificar que F(∞) es igual al
límite de f en ∞, por lo que queda demostrada la proposición. Î
El siguiente resultado justifica el nombre que le dimos al espacio C(z).
Proposición 4.5. El conjunto C(z) es un cuerpo.
Demostración. Sean f (X) y g (X) funciones racionales, y notemos por f y g a las
funciones que definen en C
∗
. Definimos la suma de la función f + g como la función
racional que define f (X)+ g (X), y el producto f · g como la función racional
que define f (X)g (X). El lector puede verificar que la función racional 1 es la identidad
para el producto, que la función racional 0 es la unidad para la suma, y que
estas dos operaciones hacen de C(z) un cuerpo, donde si f (X) es una función
racional no nula, su inversa multiplicativa está dada por la función racional que
define f (X)
−1
. Î
4.3. Transformaciones de Möbius
Lema 4.6. Si una función racional en C
∗
es inyectiva, está definida por el cociente
de dos polinomios de grado a lo sumo 1.
I 4. FUNCIONES EN C
∗ 17
Demostración. Sea f una función racional en C
∗
, y supongamos que está definida
por f (X) = p(X)/q(X). Si p tiene grado mayor a dos, entonces f se anula en dos
puntos distintos, y luego no puede ser inyectiva. Análogamente, si q tiene grado
mayor dos, entonces f toma el valor ∞ en dos puntos distintos. Asi p y q tienen
ambos grado a lo sumo 1. Î
Notemos que si f = p/q es una función racional inyectiva, donde p y q son de
grado a lo sumo 1, entonces
(1) Si p es constante entonces q es de grado 1, y viceversa.
(2) Si p = az +b y q = cz +d son ambos no constantes, no tienen raíz común, así
pues ad −bc 6= 0.
Llamamos a una función racional biyectiva T : C
∗ −→ C
∗ de la forma
T (z) =
az +b
cz +d
una homografía o transformación de Möbius, y escribimos Mob(C
∗
) al conjunto
de todas ellas. Por lo anterior, la condición que T sea biyectiva es equivalente a
ac −db 6= 0 y, en este caso, su inversa es
T
−1
(z) =
−d z +b
cz − a
.
Las homografías forman un grupo con operación la composición usual de funciones,
esto es:
(1) la composición de dos homografías es otra vez una homografía,
(2) la composición es asociativa,
(3) la composición tiene elementro neutro, la homografía identidad y,
(4) toda homografía tiene una inversa para la composición.
Notamos por GL(2,C) al conjunto de matrices complejas inversibles de 2 × 2, y
lo llamamos el grupo general lineal —como su nombre lo indica, es también un
18 ANÁLISIS COMPLEJO I
grupo, con operación el producto usual de matrices, y unidad la matriz identidad.
Este grupo de matrices inversibles y el de homografías se relacionan mediante
una función sobreyectiva
Φ : GL(2,C) −→ Mob(C
∗
)
Φ(A)(z) =
A11z + A12
A21z + A22
.
Si Φ(A) = T , diremos que A representa a T . El lector puede verificar que para cada
par de matrices A,B ∈ GL(2,C), vale que
(1) Φ(AB) = Φ(A) ◦Φ(B),
(2) Φ(λ1) = idC∗,
(3) Φ(A) = idC∗ si y sólo si A = λ1.
La seguna condición prueba que si nos restringimos al conjunto de matrices
inversibles de 2×2 con determinante 1, que notamos SL(2,C) y llamamos el grupo
lineal especial, nuestra función Φ sigue siendo sobreyectiva: si T es una homografía
y Φ(A) = T , podemos tomar µ ∈ C tal que µ
2 = det A, y entonces A
0 = µ
−1A
tiene determinante 1 y por (1) y (2), representa también a T . Además, SL(2,C) es
un subgrupo de GL(2,C): contiene a la identidad, y el producto de dos matrices
con determinante 1 tiene, otra vez, determinante 1.
Si tomamos ahora A,B ∈ SL(2,C) que representan a T , existe λ ∈ C tal que
λA = B, y luego, tomando determinantes, resulta que λ
2 = 1, así λ = 1 o −1. Luego,
el grupo de homografías Mob(C
∗
) está en biyección con el conjunto de clases de
equivalencia de SL(2,C) para la relación A ∼ B ⇐⇒ A = ±B, que se nota PSL(2,C)
y se llama el grupo projectivo lineal especial. Nuevamente, como su nombre lo
indica, es un grupo, y la operación está inducida por el producto de matrices: dadas
dos clases {A,−A, } y {B,−B}, su producto es la clase {AB,−AB}.
Una homografía de la forma ta(z) = z + a se dice una translación de dirección
a, una de la forma hb(z) = bz con b ∈ R se dice una homotecia de factor b, una
de la forma rθ(z) = e
iθ
z es una rotación de ángulo θ, y ι(z) = z
−1
es la inversión a
través del círculo unidad. Por simplicidad, hablaremos de translaciones, homo-
I 4. FUNCIONES EN C
∗ 19
tecias e inversiones, y permitiendo que b sea complejo en hb para incluir a las
rotaciones. Notemos que las matrices
Ã
1 a
0 1!
,
Ã
b 0
0 1!
,
Ã
0 1
1 0!
representan a ta, hb e ι, respectivamente. El lector debería verificar que valen las
siguientes relaciones entre estas homografías:
(1) ha ◦ tb = tab ◦ha,
(2) ha ◦ ι = ι ◦h1/a,
La siguiente proposición muestra que estas tres transformaciones elementales
son suficientes para obtener cualquier otra homografía.
Proposición 4.7. Toda homografía es una composición de traslaciones, homotecias
e inversiones. Más precisamente, sea T es una homografía:
(1) Si T (∞) = ∞, entonces T = hλ ◦ tµ para ciertos λ,µ ∈ C, y esta escritura es
única.
(2) Si T (∞) = λ ∈ C, entonces T = tλ◦hµ◦ι◦tτ para ciertos µ,τ ∈ C, y esta escritura
es única.
Demostración. Supongamos que T está representada por A =
¡
a b
c d
¢
con det A = 1.
Entonces T fija a ∞ exactamente cuando c = 0 y, en ese caso, T = hλ ◦ tµ dónde
λ = T (1)−T (0) y µ = T (0). Si, por otro lado, c 6= 0, como det A = 1 podemos escribir
T (z) = −
1
c
2
1
z +dc−1
+
a
c
,
que da una escritura de T como composición de translaciones, una inversión y
una homotecia, como dijimos, donde λ =
a
c
. Para ver la unicidad, supongamos
que tenemos una igualdad
tλ ◦hµ ◦ ι ◦ tτ = tλ0 ◦hµ0 ◦ ι ◦ tτ
0.
20 ANÁLISIS COMPLEJO I
Por la última observación λ = λ
0 = T (∞), por lo que
ι ◦h1/µ ◦ tτ = ι ◦h1/µ0ι ◦ tτ
0.
por la relación (2) antes de la proposición. Cancelando ι, resulta que
hµ0/µ = tτ
0−τ.
Como hµ0/µ(0) = 0, tτ
0−τ es una traslación que fija el origen, así τ = τ
0
, y luego
µ = µ
0
. Î
Lo anterior prueba que toda homografía depende solo de tres parámetros, la
siguiente proposición nos da otra forma, un poco más útil, de entender este fenómeno.
Proposición 4.8. Sean z1, z2 y z3 puntos distintos en C
∗
. Existe una única homografía
T : C
∗ −→ C
∗
tal que
T (z1) = 0, T (z2) = 1, T (z3) = ∞, a saber,
T (z) =
(z − z1)(z2 − z3)
(z − z3)(z2 − z1)
.
En particular, para cada par de triples (z1, z2, z3) y (w1,w2,w3) de números distintos
en C
∗
, existe una única homografía T tal que
T (z1) = w1, T (z2) = w2, T (z3) = w3,
y se obtiene al despejar w de la igualdad
(z − z1)(z2 − z3)
(z − z3)(z2 − z1)
=
(w −w1)(w2 −w3)
(w −w3)(w2 −w1)
(I.4)
Notemos que en el caso que alguno de z1, z2 o z3 es ∞, tenemos que transfor-
I 4. FUNCIONES EN C
∗ 21
mar a T en forma acorde. Por ejemplo, si z3 = ∞,
T (z) =
z − z1
z2 − z1
.
Demostración. No hay más que hace que evaluar a T en los puntos dados para
verificar que cumple la condición pedida. Si S es otra homografía que cumple
esas condiciones, R = T S−1
es una homografía que fija 0, 1 e ∞. Como R(∞) = ∞,
R es una homotecia seguida de una traslación, y como R fija el origen y al 1, R
debe ser la identidad. Î
4.4. Razón doble e inversión
Dada una 4-upla (z, z1, z2, z3) de números distintos en C
∗
, definimos la razón doble
(z, z1; z2, z3) usando el lado izquierdo de (I.4). Deducimos inmediatamente
parte de la siguiente proposición.
Proposición 4.9. Toda transformación de Möbius preservas las razones dobles. Recíprocamente,
toda transformación de la esfera a si misma que preserva las razones
dobles es una transformación de Möbius.
Demostración. Sea T : C
∗ −→ C
∗ una transformación de Möbius y tomemos cuatro
puntos distintos z, z1, z2, z3 en C
∗
. Sabemos entonces que T queda determinada
despejando w de (I.4), y esto prueba que (z, z1; z2, z3) = (Tz,Tz1;Tz2,Tz3). Recíprocamente,
si T : C
∗ −→ C
∗
es una transformación que preserva razones dobles
sea w1 = T (0), w2 = T (1) y w3 = T (∞). Si z ∉ {0, 1,∞} entonces z = (z, 0; 1,∞) =
(T (z),w1;w2,w3) que permite despejar T (z) como la inversa de una transformación
de Möbius. Î
Ya sabemos que toda transformación de Möbius es una composición de traslaciones,
homotecias e inversiones. Es inmediato que las dos primeras llevan círculos
a círculos y rectas a rectas. Para probar la siguiente proposición, es suficiente
que veamos que la inversión lleva círculos y rectas a círculos o rectas.
Proposición 4.10. Las transformaciones de Möbius llevan círculos y rectas a círculos
o rectas.
22 ANÁLISIS COMPLEJO I
Si consideramos a las transformaciones de Möbius como automorfismos de
S
2
, la proposición dice que llevan círculos a círculos, donde las rectas quedan representadas
por los círculos que pasan por el polo norte.
Demostración. Como dijimos, es suficiente que probemos que la inversión lleva
círculos y rectas a círculos o rectas. La ecuación general de un circulo o una recta
en C está dada por
A(x
2 + y
2
)+B x +C y +D = 0,
donde A = 0 o A 6= 0 acorde a si nuestro conjunto es una recta o un círculo, respectivamente.
Si dividimos la ecuación anterior por x
2 + y
2
y pasamos a las coordenadas
dadas por z
−1 = (x
0
, y
0
), obtenemos la ecuación
A +B x0 −C y0 +D(x
02 + y
02
) = 0,
que es otra vez la de un círculo o una recta. De hecho, esto prueba que la imagen
de círculo que pasa por el origen bajo la inversión es una recta que pasa por el
origen, y que la imagen de un círculo que no pasa por el origen es otro círculo.
Prueba, además, que la imagen de una recta que pasa por el origen es otra recta
que pasa por el origen, y que la imagen de una recta que no pasa por el origen es
un círculo que pasa por el origen. Î
Tomemos tres puntos distintos z1, z2, z3 en C que no son colineales. En tal caso,
existe un único círculo C que pasa por esos puntos, como ilustramos en la figura
siguiente.
Proposición 4.11. Con la notación anterior, un cuarto punto z ∈ C está sobre C si
I 5. GRUPOS DE HOMOGRAFÍAS 23
y solamente si la razón doble (z, z1; z2, z3) es un número real.
Demostración. En efecto, sea T una transformación de Möbius que lleva (z1, z2, z3)
a (0, 1,∞) y sea w = Tz. Sabemos que T (C) es entonces un círculo o una recta, y
como contiene a 0, 1,∞ es necesariamente la recta real. Sabemos, además, que
(z, z1; z2, z3) = w = (w, 0; 1,∞), y ahora es evidente que w está en R si y solamente
si la razón doble (z, z1; z2, z3) es real. Esto prueba lo que queremos.BIOGRAFÍA.
http://cms.dm.uba.ar/academico/materias/2docuat2017/analisis_complejo/MAIN.pdf
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